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Juventud TécnicaApr 4 · 2 min read

Por

Yanel Blanco Miranda

Cuando Suilen expresó su deseo de aprender a manejar un tractor sus colegas se sorprendieron, pues esta joven de 21 años es tan tímida, que le cuesta trabajo relacionarse con los demás. Sin embargo, su petición fue aceptada y a las tres semanas ya era capaz de echar a andar una de esas máquinas.

“Al terminar mis estudios de técnico en Recursos Humanos fui enviada como adiestrada para el Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola (IAgric). Ahí estuve por dos años, pero el trabajo no me gustaba”.

Como parte de las políticas de superación de ese centro, a Suilen se le propuso estudiar en la universidad en la modalidad de curso para trabajadores y enseguida aceptó. Entre las carreras que le ofrecieron se decantó por Mecanización agrícola.

“Al principio empecé porque estaba asociada a la labor que se realiza en el instituto, pero después comenzaron a interesarme los tractores. Es lo que más me gusta”, subraya.

Actualmente, Suilen trabaja en el Grupo de Tractores y Cosechadoras, encargado de validar y certificar la maquinaria a introducir en el país.

Al respecto, comenta sobre una de las primeras tareas que hizo junto al equipo que labora con ella.

“Fuimos a probar algunos tractores de la marca KEIS 80JX e Hito 500C 502 a Camagüey. Al principio me sentí ansiosa, pero después uno de mis compañeros me pidió que demostrara lo que sabía y pude hacerlo”.

Aunque Suilen ha manejado tres tipos de tractores, asegura que prefiere el “normal” como lo llama porque son más fáciles de conducir.

“Los de estera son más grandes y fuertes. Además, se manejan con una palanca que va a la derecha o izquierda y tiene una sola velocidad. También se emplean únicamente en los campos, donde es más difícil mantener el equilibrio. En cambio, el otro posee un timón normal, con sus velocidades y se le colocan implementos como arados o rodillos”.

Para Suilen ya no existe un mundo lejos de los tractores y está decidida a terminar su carrera y permanecer en el IAgric, para hacerle las pruebas a estas maquinarias cuando vayan a introducirse al país.

“Al principio me asustaba, sin embargo, ahora cuando me monto siento adrenalina”.